Por Borja González
La Atención Primaria agoniza. Desgraciadamente esta frase comienza a estar muy manida y corre el riesgo de perder importancia. Sin duda, uno de los mayores y nefastos logros de estos 27 años de gobiernos del Partido Popular en la Comunidad de Madrid ha sido conseguir una desidia tal en la población que ésta se mantiene ajena a los graves ataques de estos gobiernos neoliberales al Estado del Bienestar. Su último ataque está dirigido contra la Atención Primaria.
La Atención Primaria de Salud comprende acciones tan fundamentales como la asistencia preventiva, curativa y rehabilitadora, la promoción de la Salud, la educación sanitaria y la vigilancia sanitaria del medio ambiente. Desde 1984, con la reforma de las Estructuras de Salud, se establece la Zona de Salud, cuya estructura física y funcional será el Centro de Salud, y con un límite máximo de población para atender de 25.000 habitantes. Es además, el primer nivel de asistencia sanitaria. Son los Centros de Salud por tanto el primer lugar donde se debe acudir cuando se tiene un problema de salud.
Ser la primera toma de contacto con el sistema sanitario, con gran importancia en la educación sanitaria y la promoción de la Salud, y abarcar una población teóricamente pequeña, genera en la población una sensación de cercanía y confianza, la población conoce a “su” médico de familia o a “su” enfermera. En esto radica una gran diferencia con la atención hospitalaria, basada en centros generalmente grandes, de carácter prioritariamente curativo, con amplia rotación de personal y generalmente sin continuidad (una vez finalizado el proceso patológico se corta la relación).
Es por tanto la apuesta por una Sanidad hospitalocéntrica y no comunitaria un nuevo recurso en su lucha por esa supuesta libertad que sólo conlleva primar lo individual frente a lo colectivo. Se aleja a los ciudadanos y ciudadanas del sistema sanitario obligándoles a desplazarse lejos para ser atendidos, se proponen los cierres de centros de salud a las 6pm para complicar el acceso a los mismos, se cierran las urgencias en los centros de salud que descongestionen hospitales o se abren sin garantizar el personal suficiente. La Comunidad de Madrid nos plantea la batalla entre la población los y las trabajadoras de los centros sanitarios, como si de ellos fuesen los culpables de tener agendas repletas de pacientes sin tiempos suficientes para atenderlos, de cubrir con un profesional varias vacantes de compañeros y compañeras.
No podemos caer en su juego, no podemos alejarnos de la realidad, ésa que nos priva del centro de Salud que necesitamos para cubrir a los casi 100000 vecinos y vecinas, que obliga a quienes viven en el Barrio de la Luna a recorrerse Rivas para acudir a su médica de familia o a su pediatra, a su enfermera, su matrona, odontóloga o trabajadora social. No podemos olvidarnos que debemos desplazarnos hasta localidades vecinas para acudir a las citas con el médico especialista porque la Comunidad de Madrid nos impide tener un Centro de Especialidades. No podemos olvidar que el Centro de Urgencias se mantiene construido en condiciones deficientes y sin el personal necesario. No olvidemos que esto no es una batalla entre nosotras y nosotros, sino contra la Comunidad de Madrid que nos destroza nuestros derechos fundamentales como personas.